lunes, 30 de abril de 2007

Vagué solitario...


Aquí un poema de mi saga de Versos Vampíricos



Vagué solitario marchito y sin dueño,
mi pelo azabache del viento veloz.
Te vi del olvido perdida en un sueño,
te vi con la luna cantando en tu voz

Tu aroma es la esencia de noches de estío,
tus cálidas manos mi dulce solaz;
tu pecho de nácar tan cálido y mío
refleja cadencias de dulce compás.

Mi sangre es un fuego que encierra agua viva.
Tú guías mis manos, mi cuerpo y mi sed.
Inclinas despacio mi boca cautiva
y en besos ardientes me das de beber.

lunes, 23 de abril de 2007

Shoikan - La espera de la torre

Este soneto está basado en el robledal de Shoikan que protege la torre de la alta hechicería de Palanthas en el universo de Dragon Lance de Margaret Weis & Tracy Hickman. Lo escribí justo despues de leer el primer tomo del Ciclo de la Puerta de la Muerte, otra obra de encarecida lectura para aquellos aficionados a la literatura fantástica.


Shoikan - La espera de la torre

Protege la siniestra torre oscura
un negro robledal de sombra y cieno,
lo habita solo el frío y el veneno,
la muerte el odio el mal y la locura.

Los muertos sin ninguna sepultura
infestan el profano y vil terreno,
de gritos de dolor el aire lleno,
maldito el robledal la sangre apura.

La torre de la magia se envilece
el miedo le corrompe la memoria.

El mago muerto espera a que regrese
el dueño de lo arcano con su gloria...

Vendrá con su mirada de oro ardiente
El Amo del Pasado y del Presente.

Cuaderna Vía

Habéis leído (o eso espero) la anterior entrada, parte del "Libro del buen amor" del Arcipreste de Hita. Os habréis dado cuenta de que todas las estrofas son de cuatro versos que riman entre sí de forma consonante, pero lo que es menos evidente al ojo menos avisado es que es que cada rima consta de 14 silabas y que además a la mitad de cada verso hay una pausa en la séptima silaba que divide el poema en dos mitades. Esta pausa se conoce como 'cesura' y cada mitad se conoce como 'hemistiquio'.A las estrofas que cuentan con todas las características que acabamos de mencionar se las conoce como "Cuaderna Vía".

Ésta era una forma poética que se utilizó mucho en nuestra lengua en el s XIII AD, probablemente por influencia francesa donde ya se utilizaba.

En este ejemplo del poema anterior podéis ver claramente las partes de una cuaderna vía. Recordemos:

1 Rima consonante en todos los versos
2 Versos de 14 silabas, tambien conocidos como versos alejandrinos
2 Cesura que divide el poema en dos hemistiquios.

»Entonces hice seña ---- de darle una puñada
1 2 3 4 5 6 7 --- 8 9 10 11 12 13 14
que ni en toda su vida -- la vería vengada;
1 2 3 4 5 6 7 -- 8 91011 12 13 14
cuando vio la pelea ----- tan mal aparejada
1 2 3 4 5 6 7 ----- 8 9 1011121314
no siguió amenazando -- a quien no teme nada».
1 2 3 4 5 6 7 -- 8 9 10 1112 13 14

Como dato extra la cuaderna vía también es conocido por el nombre aun más exótico de tetrastrofo monorrimo.

viernes, 20 de abril de 2007

De la disputa entre griegos y romanos

El fin de semana pasado volví a escuchar una versión de un chiste antiquísimo que lleva evolucionando de formas insospechadas dependiendo de quien lo cuenta y en que cultura. La versión más antigua del chiste que tengo noticia es esta que os transcribiré a continuación. Pertenece al libro del buen amor del Arcipreste de Hita, Juan Ruiz. La primera ves que lo leí me mondé de la risa, aunque con las numerosas lecturas pierde el efecto.


DE LA DISPUTA ENTRE GRIEGOS Y ROMANOS.

...

Así ocurrió que Roma de leyes carecía;
pidióselas a Grecia, que buenas las tenía.
Respondieron los griegos que no las merecía
ni había de entenderlas, ya que nada sabía.

Pero, si las quería para de ellas usar,
con los sabios de Grecia debería tratar,
mostrar si las comprende y merece lograr;
esta respuesta hermosa daban por se excusar.

Los romanos mostraron en seguida su agrado;
la disputa aceptaron en contrato firmado
mas, como no entendían idioma desusado5,
pidieron dialogar por señas de letrado6.

Fijaron una fecha para ir a contender;
los romanos se afligen, no sabiendo qué hacer,
pues, al no ser letrados, no podrán entender
a los griegos doctores y su mucho saber.

Estando en esta cuita, sugirió un ciudadano
tomar para el certamen a un bellaco romano
que, como Dios quisiera, señales con la mano
hiciese en la disputa y fue consejo sano.

A un gran bellaco astuto se apresuran a ir
y le dicen: «Con Grecia hemos de discutir;
por disputar por señas, lo que quieras pedir
te daremos, si sabes de este trance salir».

Vistiéronle muy ricos paños de gran valía
cual si fuese doctor en la filosofía.
Dijo desde un sitial, con bravuconería:
«Ya pueden venir griegos con su sabiduría».

Entonces llegó un griego, doctor muy esmerado,
famoso entre los griegos, entre todos loado;
subió en otro sitial, todo el pueblo juntado.
Comenzaron sus señas, como era lo tratado.

El griego, reposado, se levantó a mostrar
un dedo, el que tenemos más cerca del pulgar,
y luego se sentó en el mismo lugar.
Levantose el bigardo, frunce el ceño al mirar.

Mostró luego tres dedos hacia el griego tendidos,
el pulgar y otros dos con aquel recogidos
a manera de arpón, los otros encogidos.
Sentose luego el necio, mirando sus vestidos.

Levantose el griego, tendió la palma llana
y volviose a sentar, tranquila su alma sana;
levantose el bellaco con fantasía vana,
mostró el puño cerrado, de pelea con gana.

Ante todos los suyos opina el sabio griego:
«Merecen los romanos la ley, no se la niego».
Levantáronse todos con paz y con sosiego,
¡gran honra tuvo Roma por un vil andariego!

Preguntaron al griego qué fue lo discutido
y lo que aquel romano le había respondido:
«Afirmé que hay un Dios y el romano entendido
tres en uno, me dijo, con su signo seguido.

»Yo: que en la mano tiene todo a su voluntad;
él: que domina el mundo su poder, y es verdad.
Si saben comprender la Santa Trinidad,
de las leyes merecen tener seguridad».

Preguntan al bellaco por su interpretación:
«Echarme un ojo fuera, tal era su intención
al enseñar un dedo, y con indignación
le respondí airado, con determinación,

»que yo le quebraría delante de las gentes,
con dos dedos los ojos, con el pulgar los dientes.
Dijo él que si yo no le paraba mientes,
a palmadas pondría mis orejas calientes.

»Entonces hice seña de darle una puñada
que ni en toda su vida la vería vengada;
cuando vio la pelea tan mal aparejada
no siguió amenazando a quien no teme nada».

...

viernes, 13 de abril de 2007

Mis lágrimas saladas como mares...

Hoy, un tanto nostálgico, he recordado un poema triste que escribí algunos años ha. Rescato para vosotros este poema del baúl de mis recuerdos.


Mis lágrimas saladas como mares
un día, con el tiempo, se secaron
y aquel dolor sin fin se volvió suave...
Mi amor es todo aquello que ha quedado.

La copa amarga y cruel llena de acíbar
que llevo eternamente entre mis manos
me sabe amarga y dulce a cada día
y bebo con fruición a cortos tragos.

Me adentro entre los mares del recuerdo
llevando mi dolor como un amigo
que está siempre a mi lado, en el silencio.

Encuentro algún placer en siempre amarte,
amarte aunque sin ser correspondido
amarte aunque sin fin... Pero aun amarte.