lunes, 25 de octubre de 2010

La dama de la noche

La dama te canta
con voz cristalina
sus labios relucen
de rojo rubí.

Sumida en la danza
con gracia felina
se pierde en las luces
y en su frenesí.


Que nunca en tu pecho
sus flores encaje
o puede que caro
te lo haga pagar.

Su talle es estrecho
más nunca te engañes
su risa o su llanto
te pueden matar.


Si la amas desoye
su voz cantarina
no dejes que brinde
con tigo al beber.

Que no te enamore
su risa lasciva
aquel que la sigue
ya no es vuelto a ver.


Sus besos son fuego
o hielo afilado
allí donde toque
su marca es tu cruz.

Desoye su ruego
o su triste llanto
mejor que ella llore
a que llores tú.


Cuando ella te mira
parece una estrella
su amor el más puro
hermoso y fugaz.

Más nunca la sigas.
Si te vas con ella
a su reino oscuro
jamás volverás.